Charla de Félix Ares en Málaga

El pasado día 28 de septiembre tuvo lugar en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Málaga la charla Colección ¡Vaya Timo! Cómo pensar críticamente, a cargo de Félix Ares de Blas, presidente de la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC). El acto fue presentado por Sebastián Cardenete, director del centro de ciencia Principia de la ciudad, quién resaltó la labor divulgativa del ponente y lo definió como un escéptico activo.

Félix Ares comenzó contando una aventura personal, pues su anecdotario iba a ser el hilo argumental que iba a vertebrar la charla, desde sus primeras inquietudes de chaval, su fascinación por el espacio exterior, y más tarde los primeros estudios serios sobre supuestos avistamientos de OVNIS, que junto a la llegada a sus manos de libros escépticos publicados en otros países, llegaron a convencerle de la no existencia de este fenómeno, y a la creación de la primitiva ARIFO – Asociación de cuyo crecimiento y su evolución natural surge la actual ARP-SAPC.

De la presente línea de la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico destacó entre otras la edición de la revista El Escéptico – de la que se repartieron ejemplares entre el público asistente – y de la colaboración con la editorial Laetoli representada en los títulos de la colección ¡Vaya Timo!, eje central de la conferencia. Tras un somero repaso a los títulos que la componen, y semblanza de sus autores, pasó a hablar del ejemplar de su propia autoría: La Sábana Santa ¡Vaya Timo!

Según comentó el ponente, el inusitado interés sobre la Sábana Santa proviene de los años 70 con la aparición en los medios de comunicación de una noticia que aseguraba que la NASA estaba estudiando la tridimensionalidad de la imagen impresa en la tela, insinuando que sólo un proceso de carácter sobrenatural divino – hubiera sido capaz de provocarlo. La repercusión que provocó la noticia parecía inversamente proporcional a la veracidad de la misma, partiendo de que no era la agencia espacial norteamericana, sino personal adscrito a ella, la que realizaba el estudio en sus horas libres aprovechando los recursos de la empresa con permiso de la misma; y terminando porque el estudio carecía del rigor necesario para tenerse en cuenta, no sólo por la escasa cantidad de puntos seleccionados, sino porque desechaban intencionadamente aquellos que no ayudaban a formar la imagen deseada.

Del impacto mediático pasó a retroceder en el tiempo hasta la primera evidencia escrita que se tiene sobre la tela, en concreto la carta del obispo de Troyes al papa Clemente VII alertando de su aparición y de su falsedad. Dejando a un lado la historia, para demostrar que es imposible que esa tela hubiera cubierto a persona alguna, pasó a un curioso y divertido experimento: cubrió su rostro con una hoja de papel y Sebastián Cardenete pasó a dibujar la silueta de sus orejas. Al desplegar el papel aparecieronlas orejas anormalmente separadas, no como en el supuesto sudario. De la misma forma pueden observarse otros errores de bulto, como el reducido y anormal tamaño que tendría la cabeza del difunto según las indicaciones de la imagen.

La defensa de su libro finalizó con la exposición sobre las pruebas de carbono 14, con experimento de doble ciego, en la Sábana Santa, y su abrumador veredicto de falsedad. Ante las dudas que los defensores de la Sindone alegan ante la fiabilidad de estaprueba, Ares aprovechó para denunciar esta intencionada práctica por parte de quiénes carecen de argumentos y sólo les queda atacar la ciencia; como por ejemplo en el caso de las medicinas alternativas, de modo que una persona con un cáncer que deje su tratamiento para tomar homeopatía está cometiendo un gravísimo error que puede acabar con su vida. Perder la confianza en la ciencia me parece muy peligroso, sentenció.

La charla terminó con un turno de preguntas muy variadas por parte del público, en la que se habló de todo: desde la carrera espacial de terceros países hasta una receta de muslos de pollo al armagnac que sólo puede hacerse al microondas, tan deliciosa como inofensiva, siempre que se coma con moderación por supuesto. Así, con la amenidad que había reinado en toda la charla, acabó la misma.

Jorge J. Frías Perles

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